Dañina paliza del City

PREMIER LEAGUE

La superioridad del campeón en el ‘derby’ de Manchester provocó los primeros abucheos de reprobación hacia el técnico holandés Ten Hag

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Ten Hag, en un partido del ManUnited

PETER POWELL / EFE

Cuentan en Manchester que, en los días malos del United, Alex Ferguson siempre renegaba con alguna blasfemia: ‘Fútbol, maldito infierno’, se le oía repetir. Eso mismo debió mascullar el domingo el que hoy es su sustituto en el banquillo de Old Trafford, el holandés Erik ten Hag, después de una tarde muy desafortunada, en la que su equipo fue insultantemente apabullado en el siempre caliente ‘derby’ de la ciudad. El City dejó al aire todas sus carencias actuales, en un momento en que Ten Hag sigue apagando incendios en su club como y donde puede.

La contundente victoria del City por 0-3 en Old Trafford desnudó otra vez a un United que sigue en proceso de cambios, plagado de lesiones, conflictos internos y con los dueños del club dudando aún de cómo venderlo. Así las cosas y con ese entorno, Ten Hag, que empezó su ciclo en Manchester de manera muy prometedora, intentando trasladar la ‘cultura del club’ que vivió con éxito en el Ajax, es ahora mismo presa de la misma confusión que atenaza a todo el United. Incluso en sus palabras hay cierta claudicación ante sus objetivos: “El United no tiene jugadores para jugar como el Ajax. Nunca jugaremos ese fútbol”, dijo tras la derrota, a modo de mensaje contradictorio sobre sus planes en el fútbol inglés.

La realidad, cruda y simple, es que al actual United le falta calidad individual, jugadores con más técnica y personalidad para resolver partidos y sobre los que articular su juego de ataque. Sigue sin transmitir una identidad clara sobre el césped y tiene a dos de sus mejores líderes y referentes, capitán y goleador, Bruno Fernandes y Marcus Rashford, muy por debajo de su mejor nivel. Ha sumado la quinta derrota en sus primeros 10 partidos de la Premier League y ha quedado ya a ocho puntos del Liverpool, cuarto clasificado, lo que le obligará desde ahora a una nueva batalla cuesta arriba para clasificarse para la Liga de Campeones del año próximo.

Ten Hag quería trasladar lo bueno del Ajax a Manchester, pero se ha rendido antes de lo previsto ante las limitaciones de la plantilla, incluso con algunas incorporaciones que llevan su sello, como Lisandro Martínez, el marroquí Amrabat, el portero Onana o su fichaje más caro, Mason Mount, quien, como paradoja del momento, empezó el partido desde el banquillo. La sensación de impotencia que ofrecieron los jugadores del United viendo el balón rodar de uno a otro lado del campo, sin intensidad física para robarlo, fue muy mal digerida por la afición que, por primera vez con Ten Hag, expresó su descontento. La sustitución del delantero Rasmus Hojlund fue el cénit de los abucheos. Al final, para un club tan grande, ese sentimiento de inferioridad resulta muy doloroso. Cuando las cosas no van bien en un club, una mala decisión parece seguir a otra.

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A Ten Hag se le ha dado el poder de la reconstrucción del club, y va tener más tiempo para conseguirlo. “El espíritu es bueno, así que creo que tenemos que ser pacientes”, reclamó como aviso el holandés, aunque sin asumir que el optimismo que trajo a su llegada se ha evaporado y la ilusión del cambio se ha hecho añicos. La triste visión de las gradas vaciándose mucho antes del final del partido reflejó el estado de ánimo entre la afición de Old Trafford, que esta noche asistirá a otro duro examen frente al Newcastle, en la EFL Cup. Lo peor del ‘derby’ del domingo no fue la humillación, sino descubrir un sentimiento derrotista entre los seguidores del United. Y sus sonoras protestas no presagian nada bueno.

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