Fue el pasado mes de febrero, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, cuando Zhou Bo, un ex coronel del ejército chino, dijo que China podría enviar tropas de paz a Ucraniapara ayudar a preservar cualquier alto el fuego negociado entre Moscú y Kiev. "Tenemos suficientes tropas y fuerza militar para contribuir a un esfuerzo internacional de posguerra", indicó Zhou, quien interviene habitualmente en las cumbres internacionales como delegado del Ejército Popular de Liberación (EPL) y que participó durante su carrera militar en varias misiones de paz de la ONU.
"¿Qué pasaría si Rusia volviera a atacar? Sin garantías de seguridad colectiva, Ucrania no se sentirá tranquila. China, junto con otras potencias, podría ser parte de esas garantías", continuó Zhou en una declaración que salía de la línea habitual usada por los portavoces de Pekín, más cercana siempre al Kremlin, que se refieren al conflicto como la "crisis de Ucrania".
Este fin de semana, mientras los negociadores de Estados Unidos iniciaban nuevas negociaciones con sus homólogos ucranianos en Arabia Saudí, el posible papel de Pekín tras un alto el fuego en Ucrania volvió a ponerse sobre la mesa después de que el periódico alemán Welt citara a diplomáticos europeos que aseguraban que el Gobierno de Xi Jinping estaba considerando unirse a la misión de mantenimiento de la paz encabezada por líderes europeos.
La publicación apunta a que la posición del presidente ruso, Vladimir Putin, que ha rechazado vehementemente hasta ahora la idea de estacionar tropas de países de la OTAN en Ucrania, podría cambiar si hubiera participación de las fuerzas chinas en la llamada coalición de voluntarios propuesta por Reino Unido y Francia. El lunes, los delegados estadounidenses también retomaron las conversaciones sobre el alto el fuego con la parte rusa.
Desde la invasión a gran escala de Ucrania en 2022, Rusia y China han estrechado su asociación y el apoyo económico de Pekín ha sido clave para Moscú en medio de todas las sanciones internacionales. Los líderes europeos han pedido muchas veces a Xi Jinping que utilice su influencia sobre Putin y que presione a su socio ruso para detener el ataque. Desde la superpotencia asiática, al menos de cara a la galería exterior, han tratado de mantener una posición vendida como neutral. En cambio, en el patio mediático interno los canales de propaganda estatales llevan años compartiendo toda la narrativa del Kremlin.
El esfuerzo más significativo que hizo Pekín cuando trató de presentarse como mediador fue la publicación de un documento con 12 puntos que, más que una propuesta sólida para resolver el conflicto, recogía la postura oficial china sobre el respeto a la soberanía de Ucrania y un llamamiento a un alto al fuego, a la vez que consideraba legítimas las preocupaciones de seguridad de Rusia sobre la expansión de la OTAN hacia Europa del Este.
"China siempre mantiene una posición justa sobre la cuestión de la crisis de Ucrania, y lo hemos dejado muy claro en múltiples ocasiones", respondió hace unas semanas un portavoz del Ministerio de Exteriores chino ante una pregunta sobre un informe de The Economist que decía que funcionarios estadounidenses estaban discutiendo la idea de enviar fuerzas de paz chinas y brasileñas a Ucrania después de un alto el fuego.
Funcionarios del Ministerio de Exteriores chino, ante las preguntas de este periódico, no quieren confirmar ni desmentir si su país podría asumir un papel relevante sobre el terreno en Ucrania después de la guerra, lo que marcaría una presencia sin precedentes de fuerzas de paz chinas, formado sobre todo por efectivos militares, en el continente europeo.
"Con la aprobación de Rusia y Ucrania, China podría colaborar con países que no pertenecen a la OTAN, como India, en un despliegue en Ucrania. Esto calmaría las preocupaciones de Rusia sobre la intervención europea", señalaba también el coronel retirado Zhou. Medios británicos han informado de que Reino Unido y Francia están liderando un plan para desplegar hasta 30.000 soldados europeos en Ucrania con respaldo estadounidense si Moscú y Kiev llegan a un acuerdo de alto el fuego.
China, después de EEUU, es el mayor contribuyente financiero a las operaciones de mantenimiento de la paz de la ONU y ha participado en numerosas misiones desde 1989, cuando 20 militares chinos fueron enviados para supervisar unas elecciones en Namibia. Según unas declaraciones de Wang Yi, jefe de la diplomacia, el gigante asiático habría aportado más de 50.000 efectivos en 29 operaciones de estas fuerzas de paz. En estos momentos, Pekín mantiene despliegues activos con 1.792 efectivos en países como Líbano y Sudán del Sur.